El impacto ambiental de la minería es desastroso. La mega minería es una fuente de contaminación indiscriminada del agua, el suelo y el aire. Acaba con la biodiversidad en dónde sea que llegue y es fuente de enfermedades para los seres humanos y animales, debido a la cantidad de sustancias químicas con que contamina el agua.
Por otro lado, suele generar desórdenes sociales: Es conocido que el dinero fácil que está relacionado con ella genera mucha degradación social, aparte de que la mayoría de las grandes mineras han patrocinado el asesinato de personas inocentes para expulsar a las comunidades de sus territorios, a través de grupos armados o dictaduras en los lugares donde quieren iniciar actividades de explotación. Estos casos son conocidos desde África a sur América desde hace siglos y perduran hasta nuestros días.
Las culturas ancestrales nos enseñan a no tomar más de lo que la naturaleza bondadosamente nos ofrece y, en este sentido, el oro y otros metales preciosos se usan en la medida en que abunden en la superficie. Sin embargo, las excavaciones mineras de hoy en día mal conocen o respetan este principio y sus actividades amenazan el equilibrio de la vida, sobre todo si entendemos que también los metales cumplen un papel estando en el lugar en el que la naturaleza los ha colocado originalmente. A pesar de todos los avances tecnológicos, la minería es letal para la vida en el planeta.
La Madre Tierra sufre los efectos de la mega minería por todas partes del mundo y por eso el Pacto Mundial Consciente invita al boicot pacífico. Para aliviar el dolor de nuestra sagrada Madre Cósmica debemos cambiar la mentalidad ambiciosa que disminuye el valor de la vida y sobrevalora el dinero, la posición social y las riquezas materiales en general. Una vida simple, pero con pensamiento elevado, es la base de la cura para nuestra Madre Tierra.
La ambición de los seres humanos es más destructiva que cualquier desastre natural.
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