La experimentación con animales con fines comerciales

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La experimentación con animales es el tema más controvertido en la filosofía de la liberación animal, siempre y cuando esta sea con finalidades estrictamente médicas. Aún así, el tema no es para nada simple, sino de una gran complejidad.

La experimentación con animales y, muy especialmente, la vivisección (es decir, la disección en vivo de animales) empezó a generalizarse a partir del siglo XVII, sobretodo de la mano del filosofo francés René Descartes, cuyas teorías, en la actualidad, ya han perdido gran parte de su sentido.

Según Descartes, los animales no sufrían, ya que carecían de alma y los gritos que emitían al ser vivíseccionados por científicos eran como ruidos emitidos por máquinas estropeadas. Partiendo de estos principios, no había que preocuparse por los animales. Dios los había creado para servir a los seres humanos.

La filosofía de Descartes fue superada gracias a los avances científicos que aportó la obra del británico Charles Darwin, quien aportó al avance de la ciencia una teoría irrefutable y fundamental, la Teoría de la Evolución, por la cual se constata que el ser humano es un animal más que se ha formado a partir de la evolución de otras especies.

LA EXPERIMENTACIÓN CON ANIMALES EN LA ACTUALIDAD

Al contrario de lo que la mayoría de la población cree, en la actualidad, la mayoría de experimentos con animales NO se realizan con finalidades estrictamente médicas, sino militares. Por tanto son doblemente rechazables, ya que se causan daños innecesarios a los animales con la finalidad de causar la mayor cantidad de daños innecesarios a personas.

Debido al estricto secreto de Estado, se conoce muy poco sobre los experimentos militares, pero lo poco que se ha podido saber revela que su finalidad es básicamente probar gases tóxicos, la capacidad de destrucción de nuevas armas, e incluso entrenar a los soldados para que estos se insensibilicen y se familiaricen con la acción de matar.

A la experimentación militar le sigue la experimentación con finalidades comerciales. Esta implica la experimentación de cosméticos y maquillajes, productos parafarmacéuticos y de higiene personal, protectores solares, dentríficos, detergentes de uso doméstico e industrial, herbicidas, pesticidas, fertilizantes, pinturas, disolventes y barnices, tabaco, conservantes alimenticios, colorantes alimenticios y para otros usos, potenciadores de sabores artificiales para bebidas y alimentos modificados, comida para mascotas, alimentos modificados o transgénicos, etc.

El objetivo de estos experimentos se base en un plan de marketing que pretende presentar una innovación al mercado y hacer creer al consumidor que necesita dicho producto innovador. El éxito de la campaña de marketing que lo acompañe se verá reflejado cuando haya conseguido que el consumidor considere imprescindible el nuevo producto. Estos nuevos productos pueden ser limpiadores multiusos, champú para que brille más el pelo, champús exclusivos para cabellos rubios, morenos, castaños o pelirrojos, etc., antes de lanzar el producto al mercado, este será experimentado en un centenar de animales.

EL PORQUÉ DE TALES EXPERIMENTOS RESPONDE A VARIAS ESTRATEGIAS COMERCIALES

Probar sustancias adictivas. La empresa quiere conseguir un producto que a cause adición en el consumidor, y por ello quiere medir los índices de adicción de algunas sustancias.

Pruebas de toxicidad. La empresa quiere realizar un estudio para conocer los efectos que pueda tener su producto, para afrontar y defenderse de posibles demandas judiciales futuras de consumidores a los cuales el producto haya podido causar algún efecto negativo. De esta forma la empresa puede presentar estudios realizados previamente en los cuales alega no haber detectado efectos secundarios indeseados.

La experimentación con finalidades estrictamente médicas es un hecho que muchas personas, aunque les pese, consideran un mal necesario. La causa de este hecho se encuentra en las campañas de marketing de las poderosísimas industrias farmacéuticas, y en mantener a la población desinformada sobre las alternativas efectivas que pueden ser más fiables que la experimentación animal.

LA VERDAD SOBRE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA

La industria farmacéutica es poderosísima ya que controla los precios de semillas, medicamentos y vacunas que pueden salvar la vida de millones de personas y animales, y estos precios no son precisamente asequibles.

La industria farmacéutica también se nutre del marketing, la publicidad, la adicción de los clientes y sobretodo de las patentes. Cuando un laboratorio farmacéutico descubre la fórmula de un medicamento para tratar una enfermedad determinada, este laboratorio tiene derecho a ejercer el monopolio de este durante un número determinado de años. Este derecho se conoce como la patente. La patente permite que la empresa venda medicamentos y vacunas de primera necesidad a precios desorbitados, ya que ejerce un monopolio comercial.

La competencia entre empresas para descubrir nuevas fórmulas y poderlas patentar causa que los experimentos sean de estricta confidencialidad. El no intercambio de información entre laboratorios provoca que se utilicen más animales, pues se puede estar repitiendo un experimento cuyo resultado ya se conozca. Esta realidad no es únicamente perjudicial para los animales, sino también para los enfermos y en especial para el avance de la ciencia, ya que si este conocimiento no se comparte, atrasa investigaciones que podrían servir para el bien común.

El derecho comercial de las empresas a obtener la patente, en muchos casos ha chocado con los derechos humanos, ya que los precios impuestos no son en absoluto asequibles para la mayoría de la población, con lo cual se ha negado un derecho tan básico como la asistencia médica. Por ejemplo, las primeras patentes del los fármacos que componen el cóctel antirretroviral para tratar VIH tenían un coste de mil dólares mensuales, siendo la mayoría de afectados personas que vivían en extrema pobreza.

Una vez la patentes han caducado, otros laboratorios pueden comercializar la misma fórmula, pero sin la firma del laboratorio prestigioso, Este tipo de medicamentos se conoce como los genéricos, una especie de marca blanca para medicamentos.

Los genéricos han supuesto una gran esperanza para miles de enfermos en países en vías de desarrollo. Los grandes países productores de genéricos son la India y Brasil, pero la creciente demanda de este tipo de fármacos no ha dejado indiferentes a los grandes laboratorios.

Uno de los mayores ejemplos de la perversidad de la industria farmacéutica se puede encontrar en la demanda judicial que presentó la empresa farmacéutica multinacional suiza Novartis al gobierno de la India con el objetivo de que este país dejara de producir un fármaco genérico para tratar enfermos de cáncer. Finalmente, la justicia dio la razón al gobierno indio, pero la multinacional farmacéutica demostró no tener ningún escrúpulo en dejar sin tratamiento a centenares de miles de enfermos para poder obtener un monopolio.

Además de los intereses que genera conseguir la patente de un fármaco, las empresas farmacéuticas no se preocupan ni de la salud, ni del bienestar de los enfermos, ya que sólo investigan aquellas enfermedades de las cuales podrán obtener grandes beneficios económicos. Si bien se han conseguido grandes avances en el cáncer y el SIDA, es porque estas son una pandemia en el mundo desarrollado y resultan un mercado atractivo. Por lo tanto se realizan investigaciones porque generarán grandes ventas.

Las enfermedades minoritarias, por muy crueles que sean, no son un mercado atractivo para las farmacéuticas, ya que suponen un mercado reducido. En este caso, estas enfermedades serán ignoradas y no se investigan.

De hecho la mayoría de enfermedades del mundo no son investigadas. El porqué de esto es simple. La mayoría de enfermedades del mundo sólo tienen incidencia en los países subdesarrollados, y sólo afectan por ser más vunerables y por exposición al medio, a personas pobres. Males como el Chagas, el Kala-azar, dengue, malaria, tuberculosis, etc., no encuentran cura porque sus enfermos son demasiado pobres para pagar el precio de un tratamiento, aunque algunas de esas enfermedades en otras circunstancias diferentes tendrían cura.

EXPERIMENTOS CLÁSICOS QUE SE HAN REALIZADO Y SE REALIZAN EN ANIMALES

Test Draize

Para probar, por ejemplo, un nuevo champú, son introducidos una gran cantidad de conejos en cajones que parecen cepos porque tienen un sólo agujero para el cuello, de modo que sólo les queda fuera la cabeza y sin posibilidad de esconderla, ya que el agujero es tan estrecho como el cuello del animal.

Durante varios días les vierten en uno de los ojos una solución concentrada del producto en cuestión, y el ojo sano sirve como referencia. ¿Por qué se utilizan conejos? Porque estos animales no lagrimean lo suficiente como para que la lágrima limpie el ojo y elimine la sustancia. Además, para mayor seguridad, les sujetan los párpados con pinzas para que ni tan siquiera puedan parpadear al sentir el contacto de la dolorosa sustancia en un intento natural de aliviar tanta tortura.

La reacción más fuerte suele provocar la pérdida de la visión, y con anterioridad hinchazones e irritaciones. ¡El animal chilla y golpea con las patas el cajón, buscando alivio… un alivio que no llega, y muchos se parten la columna vertebral en los desesperados intentos por liberarse!

Test de la piel

Es otro tipo de experimentacion con animales de los muchos que existen. Como es imprescindible poner al descubierto la piel, le arrancan el pelo con cinta adhesiva. El animal ha sido previamente inmovilizado para impedir que se rasque o se lama la futura herida. Le aplican las sustancias irritantes con las que se esté experimentando y luego le cubren la zona con yeso adhesivo. Días después los investigadores observan la reacción del irritante. Esta prueba puede repetirse, y a veces en la misma zona del cuerpo, durante todo un año.